Olivenza

El pasado día 13 de abril a primera hora de la tarde, 56 extremeños y simpatizantes de Extremadura iniciamos el viaje cultural 2018 que nuestra asociación “El Castúo” organiza con tanta ilusión y dedicación.
Tras un alto en el camino para degustar dulces típicos y licores de nuestra tierra, llegamos a Badajoz cantando jotas extremeñas y nos disponemos a reponer fuerzas en la cena. Un agradable paseo por la ciudad, y nos vamos al hotel para el descanso nocturno.
A la mañana siguiente, en veinte minutos, atravesamos el cuarto cinturón de Olivenza, la muralla abaluartada del siglo XVII. Allí quien nos espera no es el guía, sino el vendedor de cupones de la once, y todos nos volvemos locos en busca de la suerte. En unos minutos el señor de la once se queda a la espera del otro autocar, que entre bromas le hemos anunciado.
Nosotros nos incorporamos a la visita guiada de Olivenza, cuyo origen, nos cuenta el guía ante la puerta de Alconchel, data de la reconquista de Badajoz por el Rey Alfonso IX en 1230 y es cedida en 1297 por Fernando IV de Castilla al Rey D. Denis de Portugal, el cual otorga a Olivenza la categoría de villa y construye la ciudad medieval sobre los restos de la fortificación de los Templarios. Conquistada de nuevo en 1657 por el Duque de San German y devuelta a Portugal en 1668 para incorporarse a la soberanía española en 1801 en el Tratado de Badajoz.
Es por ello, que Olivenza es símbolo de convivencia, albergando huellas de pueblos y culturas que por ella pasaron.
La Puerta de Alconchel es una de las 4 puertas de la muralla medieval, la primera de las 4 murallas que llegó a tener la ciudad y que ordena construir el Rey D. Dani, poniendo la primera piedra el día de San Miguel de 1306.
Visitamos la Capilla del Espíritu Santo, situada en la Casa de Misericordia de 1501, cuyos fines eran los propios de la institución, hospital, cría de expósitos, enterramientos, alimentación a necesitados, liberación de cautivos y asilo. Hoy se dedicada exclusivamente a esta última. La capilla se construye en 1548 y sufre una reforma en siglo XVIII, de nave única cubierta con bóveda de cañón y coro a los pies. Es adornada con azulejo portugués con función ornamental y didáctica, representando obras de misericordia firmadas por Manuel de los Santos. En el altar mayor se sitúa el camarín para albergar la custodia. Hoy sustituida por distintas imágenes.
Avanzamos hasta llegar al Palacio Municipal, sede de la casa consistorial. Allí nos cuentan, que es mal llamado palacio de los duques de Cadaval, debido a que fueron alcaldes de Olivenza durante un largo periodo de tiempo. Presenta una portada de estilo gótico-manuelino muy original de principios del siglo XVI, se aprecian los motivos del mar y la tierra. Pero capta nuestra atención la coronación, el medallón con las armas portuguesas, el blasón de la villa y todo ello rematado con un florón con la cruz de Cristo.
Junto al Ayuntamiento no pasa desapercibida La Picota, utilizada para el castigo de mercaderes que hacían mal el peso.
Y nos adentramos en la Iglesia de la Magdalena, magnífico ejemplar gótico-manuelino de 1510, iniciativa del Obispo de Ceuta, que traslada su sede a Olivenza y está entrando en la capilla mayor. Impresionantes las columnas torsas de mármol que se enroscan como una soga fiel reflejo del estilo manuelino
Nos dirigimos ahora a la Iglesia de Santa María del Castillo (1584) que se construye sobre la obra anterior del siglo XIII. Su altar mayor de estilo barroco en el que también se aprecian los azulejos portugueses, pero lo que más nos atrae es la capilla del Evangelio donde apreciamos el mayor retablo del tipo “Árbol de Jessé” que se conserva con talla de 12 reyes de la casa de Judá.
Ya a media mañana disponemos de tiempo libre para tomar un café y adquirir productos típicos de la tierra, destacando la “Técula Mécula”, dulce de almendra jugoso y exquisito.
Aprovechando el tiempo visitamos el museo etnográfico, que nos deja boquiabiertos al descubrir que es uno de los más dotados de la Península Iberica y que la mayoría de las piezas provienen de donaciones del pueblo de Olivenza. Entre otras colecciones se exhiben representaciones de escenas agrícolas, tienda de comestibles, sastrería, carpintería, viviendas labriegas, la escuela y un sinfín de etc.
De regreso al autobús de “Perrino”, como no podía ser de otro modo, nos trasladamos al Rte Churrasco de San Pedro, donde nos sorprende el espectacular sabor de la brasa junto con otras viandas de la tierra que tenemos oportunidad de adquirir en una furgoneta de venta ambulante.
Continuamos viaje al país vecino de Portugal, y sin tiempo de siesta, llegamos en diez minutos a Elvas que cuenta con una muralla del s. XIV. Nos espera el guía que nos acompaña por la Medina, con sus calles estrechas e inclinadas, observamos que las murallas quedan dentro de las casas y nos cuenta que hasta 1950 se cerraban las murallas por la noche.
Elvas cuenta con 31 iglesias y 4 monasterios que se convierten en defensivos en las guerras.
Nos detenemos para alzar la vista, intentamos averiguar lo que vemos, unos dicen una cárcel, un convento, etc, descubrimos que se trata del “aljube de Elvas” traducido como agujero negro que albergaba en la época la prisión eclesiástica y continuamos subiendo hasta llegar a La Picota- con la misma función que ya determinamos en Olivenza.
A la misma altura visitamos la Iglesia de las Dominicas (1543) edificio de planta octagonal de origen templario con pórtico renacentista, su interior fue revestido completamente de azulejos en 1669 y a todos nos asombra el conjunto de su belleza.
Nos dirigimos ahora a la Iglesia de Santa María de Acaçova, construida en el s. XIII en el mismo lugar de la antigua mezquita que con su aljibe ha sido modificada en varias ocasiones, llegando a ser incluso un matadero. Caminamos hasta el castillo, testigo de importantes acontecimientos históricos y desde donde podemos observar la última fortificación del s. XIII. Comenzamos a descender hasta la Plaza de la República que aprovecha las murallas del s.XII para su construcción. Nos hacemos la foto de grupo y tiempo libre para perdernos en buscas de sábanas, colchas y toallas, siendo ésta zona la única que hasta hoy conocíamos de la ciudad.
De regreso al hotel, nos espera buena ducha y buena cena, para luego bajar calorías al son del “chocolatero” y pasodobles dirigidos por el DJ. Sin olvidar la exhibición de movimientos de caderas de uno de nuestros socios al son de “Bienvenidos” de Miguel Ríos.
A la mañana siguiente y sin prisas, cada uno organiza la mañana en la ciudad pacense, que a todos nos sorprende gratamente, para iniciar ruta de regreso sobre las 13.30 hacia Montijo. Allí además de degustar una comida exquisita y un tiramisú para quitar el hipo, nos acompaña la familia de una de nuestras socias, y amablemente nos regala una estupenda caja de pastas que desde aquí le agradecemos, y nos tomamos haciendo un alto en el camino dirección a Ávila
Llegada puntual a nuestra ciudad amurallada con un aplauso para nuestro socio conductor y despedida tras la experiencia de haber conocido dos poblaciones que, aunque situadas en distintos países tienen mucho en común: Olivenza es una ciudad extremeña que poco tiene que ver con otras poblaciones que hasta hoy hemos visitado y Elvas tiene mucho más que tiendas de toallas. Nos despedimos hasta la próxima, un saludo a todos los extremeños y amantes de ésta nuestra tierra.

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